Las calles de Málaga cuentan con trazados que reflejan la influencia de las culturas judía y árabe que han dejado su huella en la urbe. Cada calle lleva consigo un nombre propio, cargado de significado histórico y cultural. Descubrir estos senderos es sumergirse en un recorrido lleno de historia, patrimonio y rincones especiales que aguardan ser explorados.
Desde el Restaurante La Tasquia de en Medio te invitamos a explorar su historia es sumergirse en un fascinante viaje a través de sus emblemáticas calles, impregnadas de historias que se entrelazan con la riqueza cultural de la ciudad. Al pasear por algunas de sus vías más destacadas, detenerse a admirar su arquitectura y adentrarse en los tesoros que albergan sus museos, monumentos y palacios, se revela un pasado rico y diverso.
Cada calle de Málaga es un capítulo en la historia de la ciudad, una invitación a explorar sus raíces y descubrir la magia que se esconde en cada rincón. Sumérgete en estos senderos llenos de encanto y deja que las calles de Málaga te cuenten sus historias.
A continuación, te invitamos a conocer siete calles emblemáticas de la ciudad, cada una con su propia narrativa y encanto único, listas para ser descubiertas durante tu visita a Málaga.
Calle Marques de Larios
En el año 1891, la ciudad de Málaga vio nacer una joya arquitectónica que perdura en el tiempo: la venerada Calle Marqués de Larios. Esta calle, la más célebre de la capital, se erige como una arteria por la cual se cuela la fresca brisa del Mediterráneo, llevando consigo siglos de historia y elegancia. Su nombre rinde homenaje a Manuel Domingo Larios y Larios, II Marqués de Larios, cuya imponente escultura, una creación magistral de Mariano Benlliure, preside majestuosamente el comienzo de la vía.
Los anales históricos aseguran que la calle Larios fue la más refinada del siglo XIX. ¿La razón? Su arquitecto visionario, Eduardo Strachan, la diseñó flanqueada por edificios de curvas exquisitas en las esquinas, tomando inspiración de la escuela de Chicago. De esta manera, logró equilibrar y conferir simetría a esta emblemática calle, revolucionando la imagen de la ciudad de una manera única. Como detalle curioso, Strachan trazó un punto de fuga imaginario donde convergen todas las líneas de cornisas y balcones, añadiendo un toque de genialidad a su creación.
En la actualidad, la calle Larios se revela como un escenario camaleónico que atestigua el devenir de las estaciones y los eventos que marcan el año malagueño. Desde la Navidad hasta el Carnaval, la Semana Santa, la Feria de Agosto o la Larios Fashion Week, esta vía se transforma y adapta, siendo testigo de las festividades que la envuelven.
Además de su papel en la celebración de eventos, la Calle Larios alberga un sinfín de tiendas que son verdaderos tesoros históricos. Establecimientos con décadas de tradición esperan ser descubiertos, convirtiendo cada paseo por esta calle en una experiencia de compras única e inolvidable. Sumérgete en el encanto de la Calle Larios, donde el pasado y el presente se entrelazan en una danza arquitectónica y comercial que cautiva a cada paso.
Calle Granada: Entre Historia y Encanto Malagueño
La antigua medina de Málaga cobra vida a través de la historia impresa en la Calle Granada, una arteria céntrica que une la Plaza de la Constitución con la Plaza de la Merced. En sus orígenes, la calle se extendía solo hasta la puerta que le otorgó su nombre, marcando la entrada en la muralla de la ciudad.
Con un trazado sinuoso, estrecho y alargado, fiel a la arquitectura de las calles árabes, la Calle Granada se convierte en el acceso a la Judería de Málaga, conectando con otras calles emblemáticas como San Agustín, donde se encuentra el Museo Picasso Málaga, y la pintoresca calle Beatas. Además, en esta vía se alza la iglesia de Santiago, la más antigua de la ciudad, que presenció el bautismo del pintor malagueño Pablo Picasso en 1881.
La Calle Granada se revela como una de las arterias más animadas de la ciudad, siempre llena de visitantes que exploran con curiosidad sus tiendas, muchas de ellas dedicadas a la artesanía local. Los aromas tentadores de la gastronomía malagueña flotan en el aire, invitando a los transeúntes a disfrutar de las terrazas y bares que salpican la calle.
Esta vía no solo es un camino entre plazas icónicas, sino un testamento vivo de la rica historia de Málaga. Con su encanto sinuoso y las huellas de personajes ilustres como Picasso, la Calle Granada se convierte en un escenario donde el pasado y el presente convergen, ofreciendo a quienes la exploran una experiencia única llena de encanto y autenticidad.
Calle Victoria de Málaga
En el corazón de Málaga, la Calle Victoria se erige como una narradora silenciosa de la rica historia de la ciudad. Conectando la animada Plaza de la Merced con la Plaza de la Constitución, esta calle pintoresca tiene sus raíces en la antigua madina de Málaga.
La Calle Victoria, serpenteante y alargada como las antiguas calles árabes, despierta la curiosidad de quienes la recorren. En sus inicios, solo llegaba hasta la puerta que le otorgó su nombre, marcando la entrada en la muralla de la ciudad. Un paseo por esta emblemática vía te sumerge en el encanto de la Judería de Málaga, conectando con calles como San Agustín, hogar del Museo Picasso Málaga, o Beatas.
Entre los tesoros que alberga la Calle Victoria destaca la iglesia de Santiago, testigo de los siglos y la más antigua de la ciudad. No es solo un lugar de culto; es también el sitio donde el genio malagueño Pablo Picasso recibió el sacramento del bautismo en 1881, añadiendo un capítulo significativo a la historia de esta calle.
La vida bulle en cada rincón de la Calle Victoria, siempre llena de visitantes que exploran con curiosidad sus tiendas, muchas de ellas dedicadas a la artesanía local. Los aromas tentadores de la gastronomía malagueña se entremezclan en el aire, atrayendo a aquellos que desean degustar lo mejor de la cocina local en las diversas terrazas y bares que salpican la calle.
La Calle Victoria no solo es una conexión física entre plazas emblemáticas, sino un testimonio vivo de la evolución de Málaga a lo largo de los siglos. Su encanto sinuoso y sus historias entrelazadas con personajes ilustres como Picasso hacen de esta vía un lugar donde el pasado y el presente convergen en una experiencia única para quienes se aventuran a explorarla.
Calle Alcazavilla
Desde el imponente Palacio de la Aduana, en Cortina del Muelle, hasta la vibrante calle Victoria, se despliega la Calle Alcazabilla, una vía que actúa como un portal hacia el pasado, revelando capítulos significativos de la historia de Málaga. Su nombre, derivado de la majestuosa Alcazaba de Málaga que se alza en esta misma calle, tiene sus raíces en el árabe al-Qasabiya, que se traduce como “calle de la Alcazaba”.
Esta calle no solo rinde homenaje a la fortaleza musulmana que la preside, sino que también alberga tesoros históricos que la convierten en una joya del patrimonio malagueño. Uno de estos tesoros es el Teatro Romano de la ciudad, que se remonta al siglo I a.C. y se accede por esta emblemática vía, sumergiendo a los visitantes en el esplendor arquitectónico de la antigüedad.
El Palacio de la Aduana, ahora la sede del Museo de Málaga, se erige como un hito arquitectónico a lo largo de este recorrido, guardando en su interior miles de piezas que abarcan diferentes periodos de la historia. Este lugar no solo cuenta historias a través de sus exposiciones, sino que también añade una capa de significado a la Calle Alcazabilla.
Los Jardines de Ibn Gabirol, ahora de Manuel Atencia, ofrecen un oasis verde a la espalda del Museo Picasso Málaga, mientras que la pirámide de cristal en el centro, cubriendo las piletas de garum romanas, se convierte en un símbolo arquitectónico fascinante. Además, el Cine Albéniz, con su encanto singular, completa la oferta cultural y histórica de esta calle.
Cada paso por la Calle Alcazabilla es como un viaje en el tiempo, donde la arquitectura, la historia y la cultura se entrelazan para ofrecer una experiencia enriquecedora. Descubrir los secretos de esta calle es sumergirse en las huellas del pasado y sentir cómo la historia de Málaga se despliega en cada esquina.
Calle Gibralfaro: donde la Historia Resuena en Cada Rincón
Desde la majestuosidad del Palacio de la Aduana, en Cortina del Muelle, hasta la encantadora calle Victoria, se despliega ante nosotros la calle Gibralfaro, un tesoro de Málaga que respira historia en cada paso. Esta vía, que sin duda ostenta el título de la más cargada de historia de la ciudad, debe su nombre a la imponente presencia de la Alcazaba de Málaga, cuyas huellas aún perduran en sus piedras.
El nombre “Gibralfaro” tiene sus raíces en el árabe al-Qasabiya, que se traduce como “calle de la Alcazaba”, en un claro homenaje a la fortaleza musulmana que se alza en esta vía. Pero la historia no se limita solo a la Alcazaba; la calle Gibralfaro nos conduce al Teatro Romano de la ciudad, una joya que data del siglo I a.C. y que se revela al visitante como un testamento arquitectónico de la antigüedad.
A lo largo de este recorrido, nos encontramos con el imponente Palacio de la Aduana, actual sede del Museo de Málaga, una edificación que alberga miles de piezas arqueológicas y obras de arte que narran la historia de diferentes periodos. Esta joya arquitectónica añade una capa más de riqueza cultural a la calle Gibralfaro.
Los Jardines de Ibn Gabirol, ahora de Manuel Atencia, ofrecen un remanso de paz a la espalda del Museo Picasso Málaga, mientras que la pirámide de cristal en el centro, que cubre las piletas de garum romanas, se erige como una maravilla arquitectónica. El Cine Albéniz, con su encanto único, completa las maravillas que aguardan a los visitantes en esta calle tan especial.
Cada rincón de la calle Gibralfaro es un portal al pasado, donde la arquitectura, la cultura y el arte se entrelazan para ofrecer una experiencia única. Explorar esta calle es sumergirse en las huellas del tiempo y dejarse llevar por la magia de la historia que resuena en cada adoquín.
Calle Calderería de Málaga
La calle Calderería es una calle pintoresca y llena de encanto ubicada en el casco histórico de Málaga. También conocida como “Calle Calderería Nueva”, esta vía es famosa por su ambiente bohemio, sus estrechos callejones y la variedad de tiendas y comercios que alberga.
Esta calle ha mantenido su carácter tradicional, con edificios de estilo andaluz y calles adoquinadas que le otorgan un encanto único. La Calderería es conocida por ser un lugar donde se entrelazan diversas culturas, reflejando la historia multicultural de Málaga. En sus inmediaciones, se pueden encontrar tiendas de artesanías, boutiques alternativas, teterías y pequeños restaurantes que ofrecen una variedad de sabores internacionales.
Una de las características más destacadas de la calle Calderería es su ambiente durante la noche. Cuando cae la tarde, la calle cobra vida con luces parpadeantes, música en vivo y el bullicio de visitantes y locales disfrutando de la atmósfera única. Además, las teterías que salpican la calle ofrecen un ambiente acogedor para relajarse y disfrutar de una amplia variedad de tés y dulces.
La Calderería es también conocida por ser una calle de acceso al Teatro Cervantes, un importante centro cultural de la ciudad. Su ubicación estratégica la convierte en un lugar de paso para aquellos que exploran el patrimonio histórico y cultural de Málaga.
La calle Calderería es un rincón encantador que combina historia, multiculturalidad y un ambiente bohemio, convirtiéndola en una visita obligada para quienes deseen sumergirse en la esencia auténtica de Málaga.